Ya sé que no soy padre, y que desde mi posición es muy fácil hablar. Y bla, bla y bla. Pero y si dejamos de echar la culpa a los demás, y nos tomamos en serio la educación y la salud de nuestros niños. ¿Y cómo se consigue eso?
Pues siendo un LÍDER, y no un jefe. He presenciado como padres mientras se bebían una cerveza y se comían una bolsa de patatas obligaban a su niño a comer verduras. Si no predicas con el ejemplo es lógico y totalmente normal que tu hijo no quiera. Si el padre no cuida de su salud, es lógico y normal que el hijo no entienda y tampoco quiera. Esto no es EDUCACIÓN:
La comida no es una recompensa
- "Si le das un BESO a la abuela, luego te doy para merendar galletas de chocolate"
- "Si apruebas el examen de conocimiento del medio nos vamos al Burguer"
- "Si te comes las verduras luego te doy un helado"
- "No seas tonto te dejo comer de lo que estoy comiendo yo si te comes esa fruta"
- "No, no, tú cómete esa manzana porque el trozo de pastel es para mi, que tú estás creciendo"
- "Si apruebas todas las asignaturas te dejo comer todas las chucherías que quieras"
Por desgracia esto es una posición que se ve muchísimo. Los hijos no hacen caso, y tienes que recurrir a chantajes emocionales para así conseguir que le hagan caso, y desde su posición de autoridad, y seguramente con la mejor de las intenciones recurren a la comida y a la recompensa en forma de juegos o diversión para los niños. Esto a la larga es muy peligroso, ese niño va a crecer, y va a crear unos terribles vínculos con la COMIDA.
Y súmale toda el CONTENIDO EMOCIONAL del momento. Me explico, no estoy exagerando en mi caso, asocio comer tostadas con aceite de oliva y jamón serrano y estar al lado de mi abuela. Este es uno de los motivos por los que me costó tantísimo dejar las harinas. Pues así pasa con todo