Cuando venimos a la vida estamos indefensos, y necesitamos que nuestros padres nos proporcionen toda esa seguridad, y crecemos con esa ESTRATEGIA para sobrevivir cuando algo nos pasa LLORAMOS, DEJAMOS DE COMER o DAMOS PATALETAS para que nuestros padres vengan al rescate. —La vida se nos escapa minuto a minuto, no podemos comprar vida por Amazon.
Podemos ser protagonista de nuestra vida, o ser el actor de reparto en la vida de otro.
Pelea por ser feliz, nadie lo hará por ti.
LO DE FUERA NO TE HACE FELIZ (peso, materialismo, opiniones de los demás…).
En el subconsciente tenemos esa ESTRATEGIA, y es lo que seguimos haciendo en todas las relaciones, ahora vamos de «pobrecitos, de pobrecitas», y sobre todo de VÍCTIMAS, porque claro ahora nos quejamos, y nadie «viene a salvarnos».
Queremos que LO DE FUERA sea como nosotros esperamos y cuando no lo es, montamos el drama.
Nadie nos ha dicho que tenemos que aprovechar lo que la vida nos da, que la vida es un lienzo y nosotros tenemos manitas para dibujar lo que nosotros creamos, nadie nos ha dicho que somos poderosos, y de verdad, lo somos.
La ilusión del control
Pobres son los que precisan mucho. Queremos impresionar a los demás teniendo mucho, porque creemos que tenemos que ofrecer poco. Nos han puesto notas, y dependiendo de esto hemos creído que valemos o no.
El SISTEMA EDUCATIVO nos educa a todos por igual, y predominan 9 modelos mentales. Nadie es igual a otro. Somos distintos, cree en ti, quiérete, y sobre todo date cuenta de quien eres, y lucha por lo que haces.
«Por muy jodido que estemos, siempre podemos darle algo a alguien, siempre» Mujica.
ESTO NOS PROVOCA DOLOR, y un SUFRIMIENTO brutal. Nos hemos creído un SISTEMA DE CREENCIAS basado en el miedo, y sobre todo en NO QUERER DECEPCIONAR A LOS DEMÁS, nos arrastramos, «luchamos por amor», porque creemos que solo los demás pueden hacernos FELICES, porque no nos queremos, porque tenemos un complejo de inferioridad brutal, miedo a estar solo, y porque llegamos a la conclusión que los demás son como «nuestros padres» que vienen a salvarnos, y a hacernos felices.
La AUTOESTIMA no puede depender de la opinión de los demás, si vas así por la vida, acabarás muy jodido.
LA EPIDEMIA MÁS GRANDE ES LA BAJA AUTOESTIMA, y tu manera enfermiza de disimularlo por redes sociales.
Por eso hacemos tantísimas cosas por los demás, muchas veces hasta sacrificando nuestras necesidades, porque no nos creemos dignos de amor,y pensamos que somos buenas personas, eso es dar esperar recibir a cambio, así que no os engañen, las cosas hazlas desde el corazón.